Adorar a Dios y proclamar la exaltación de su nombre por los confines de la tierra.
Predicar el evangelio a toda criatura en todas las naciones. 
Orar y trabajar por el mover del Espíritu sobre la tierra. 
Ser parte de una confraternidad espiritual para ayudarnos los unos a otros. 
Cooperar para la unidad del Cuerpo de Cristo, su iglesia.
Contribuir económicamente para el sostenimiento de nuevos obreros y misioneros.
Equipar a cada iglesia local para que sea la iglesia gloriosa que Jesucristo busca. 
Equipar a los pastores con la Palabra de Fe y con la unción del Espíritu Santo para que sean efectivos en sus ministerios.